Ensayos


Del derecho y la moral en Crimen y Castigo

Cuando empezamos a hablar de crimen y castigo nos referiremos inmediatamente al joven Romanovitch, un joven estudiante de derecho y protagonista de la historia, quien se sitúa un poco mas allá del común de la humanidad situándose así mas allá de las concepciones sociales del bien y del mal, al cometer el asesinato de una vieja usurera aunque, como afirmaría mas tarde “A esa vieja la mato el diablo, yo solo me asesine”. Por medio de dicho acto, él trata de probarse que es un hombre superior, al que le está permitido transgredir la ley, sin importarle la ley moral. Como el mismo lo expresa, “Sus crímenes, (de los hombres extraordinarios) como es natural, son relativos, y presentan muchas variedades, recaban la destrucción del presente en nombre de algo mejor”. Sin embargo, Rodia, arrastra su crimen a cuestas y no se puede sobreponer a la voz de su conciencia que lo hostiga y no lo redime de su pecado, tal como se ve en sus visitas a la comisaría. Crimen y Castigo refleja esa antinomia constante entre el bien y el mal, lo conciente y lo subconsciente, el relativismo de la moral y la objetividad de la ley. En el presente ensayo, se analizaran los actos y pensamientos que pasan por la mente de Rodion enfocados desde la moral y el derecho para llegar a la conclusión de lo que prevalece en ésta obra.

Toda la historia descansa sobre una paradoja, que se convierte en el eje central de la conducta de Romanovitchesca: la de si su crimen no es tal crimen sino una acción meritoria y lo que lo hace parecer un crimen es sólo un fracaso. Para Raskólnikov, matar a una vieja que además está enferma y no tarda en morir es solamente acelerar el proceso de eliminación natural, lo que él realmente considera un crimen es “El crimen es el de esa vieja avara que se obstina en vivir y guardar su dinero, el de ése parásito inmundo y voraz de ese piojo, que vive de sorber sangre a los pobres”, cuando hace alusión al trabajo de la vieja usurera. En la novela Aleona representa un régimen social injusto, criminal y que lleva tras su lomo el peso de todas sus consecuencias, lo que lleva a presentarla así, como una vieja maltrecha y acabada, pero de vigor inigualable. Por éstas razones Rodia, no considera un crimen, el matar a ese insecto repugnante, sino es un acto redentor, para ella y la sociedad. Dostoievski nos presenta al criminal como una víctima de la sociedad, a quien debemos acompañar a través de sus tormentos psicológicos, que en muchas ocasiones es imperceptible la diferencia de la realidad con sus alucinaciones, tal como sucede en su habitación cuando después de un largo descanso, entra en su habitación semionovitch, con un aire iracundo, por el cual pedirá excusas mas tarde

En la conducta de Raskolnikov se puede corroborar la tesis kantiana sobre la interioridad de la moral y la exterioridad del derecho, ya que el protagonista desarrolla todo el plan en su mente, lo cual no está regulado por el derecho, y lo hace para obtener un fin que el considera loable, por lo que el no toma en cuenta la acción en sí misma sino el resultado que se va a producir con el mismo “-¿Mi crimen? ¿Qué crimen?- gritó él, de súbito, en un repentino ataque de furor-. ¿El que haya matado a un piojo nocivo, asqueroso, a una vieja usurera que no hacia falta a nadie? Por matarla habían de perdonar la mitad de los pecados “. Si bien es cierto que el derecho está inspirado en valores axiológicos, sólo le atañe a éste la conducta exterior del hombre, sin importar el móvil o el fin de los actos humanos. Es por esto que para el derecho el acto cometido por Romanovitch es una conducta punible porque es considerado como homicidio, sin embargo como se ah considerado previamente, él creía que al hacerlo se iba a liberar de la carga que lo agobiaba, cosa que después haría al escribir su articulo periodístico, sucesivamente al contarle su culpa a Sonia y finalmente al confesarlo a Petrovitch; y era una forma de sacar su frustración debido a la miseria en que vivía y no sólo la de él, sino de todos los que se encontraban en una situación similar a la de él, de ésta forma haría un bien a la sociedad.

De acuerdo con el imperativo categórico de Kant “debo obrar de este o de otro modo, aun cuando yo quisiera tal cosa”, se debe considerar que las acciones tomadas por Rodion no pueden ser elevadas a ley universal como lo establece dicho imperativo, y tomando en cuenta una de las críticas al imperativo antes mencionado, la ley moral tiene su fuente en una voluntad distinta del obligado, es decir no depende del libre albedrío de las personas sino de una fuente objetiva. Y en este caso, el móvil de Raskolnikov es una fuente subjetiva en la que él cree firmemente que hará un bien, haciendo lo que, considerado legalmente, no debe ser y por lo tanto comete una conducta violatoria de la que no debe quedar impune.
En conclusión esta obra nos presenta una situación tan verídica y actual que se nos hace fácil comprender las motivaciones de Raskolnikov para cometer el crimen, sentimos que la sociedad en que vivimos no es tan justa y que tenemos que hacer algo para cambiarlo, aunque ese algo implique realizar un acto que vaya en contra del derecho. En cierta forma nos volvemos cómplices del protagonista tratando de justificar su acción, porque su fin desde su punto de vista es meritorio y loable. Sin embargo, como el mismo Raskolnikov lo comprende al final, esto no sería posible porque al vivir en un estado de Derecho, estamos obligados a respetar las normas legales para tratar de vivir en armonía en la sociedad. Se puede decir que al final la justicia es la que gana, aunque sería mejor afirmar que es la que no pierde.